jueves, 27 de enero de 2011

Oceanario de Lisboa

Uno de los atractivos de la capital portuguesa es el Oceanario.
Situado en un moderno edificio nos encontramos con un enorme acuario que recrea varios hábitat.
El edificio es obra del arquitecto norteamericano Peter Chermayeff.  Su aspecto exterior  recuerda a un portaaviones y está construido en un puerto rodeado de agua. Es el segundo mayor oceanario del mundo.
Se organiza en 2 plantas entorno a un enorme tanque central.
En este gran tanque central podemos disfrutar con espectaculares animales como los tiburones, las mantas o los bancos de jureles.
Podremos contemplarlos en sucesivas ventanas gracias a unas paredes curvadas de acrílico que nos envolverán 180 grados.
Sus cifras son espectaculares: 5000 metros cúbicos de agua equivalentes a 5 piscinas olímpicas.

Tiene 7 metros de profundidad y ocupa una superficie de 1000 metros cuadrados.
En esta parte veremos que todos los océanos están comunicados entre sí y que las divisiones son límites muy difusos.
La temperatura es de 20 a 22 grados.  La temperatura del agua permite una convivencia armoniosa entre los peces tropicales y los de agua tibia.
Los animales que habitan aquí consumen 300 kilos de comida a la semana. Lo que representa 15 toneladas al año.
Sus cifras son espectaculares: 5000 metros cúbicos de agua equivalentes a 5 piscinas olímpicas.
Tiene 7 metros de profundidad y ocupa una superficie de 1000 metros cuadrados.
En esta parte veremos que todos los océanos están comunicados entre sí y que las divisiones son límites muy difusos.
La temperatura es de 20 a 22 grados.  La temperatura del agua permite una convivencia armoniosa entre los peces tropicales y los de agua tibia.
Los animales que habitan aquí consumen 300 kilos de comida a la semana. Lo que representa 15 toneladas al año.

Los hábitat

Hay 4 zonas donde se recrea el océano Atlántico, el Pacífico, el Antártico y el Índico.
Veremos medusas, tiburones, pingüinos, corales  y otras criaturas marinas de forma que salgamos con una idea sobre nuestros mares y el respeto que debemos tenerles.
El mantenimiento del acuario es permanente y requiere grandes medios.
Todo el agua marino se ha generado artificialmente, de forma que cada día llegan sacos con sal que se mezclan con agua corriente previamente tratada. Los niveles de ph y otros parámetros son controlados a diario.
La profundidad máxima es de 7 metros para que cada animal pueda decidir vivir en el espacio adecuado. Las temperaturas se adaptan según las especies, ya sean de latitudes más frías o más cálidas.
Todo esto hace que los animales se puedan sentir como en sus espacios originales y sigan una vida igual que en los hábitat de los que proceden
Los cuidadores del oceanario limpian los tanques a diario antes de abrir el edificio al público. Lo hacen vestidos con escafandra, de forma que van buceando y retirando con un aspirador los desechos. También se limpia con máquinas las rocas para que presenten un aspecto adecuado y no se acumulen desechos de los animales en ellas.

Desde AudioViator te proponemos visitar el oceanario acompañado de su audioguía, de esta forma no te perderás detalle.



 

miércoles, 19 de enero de 2011

Empacho artístico

Todos hemos experimentado en determinados lugares lo que podemos denominar como 'empacho artístico'. Y no es que nos hayamos comido una escultura o un cuadro, pero de atracón trata la cosa.
Cuando las obras que se exponen en un museo son numerosas se puede producir esta saturación de la que escribimos.
Pensamos que el remedio puede ser una combinación de tiempo y explicaciones.
No podemos pretender ver el museo del Louvre, el Prado o el Metropolitan de Nueva York en sólo un día. Si disponemos únicamente de una jornada es muy útil preguntarnos qué es lo que más nos gusta, qué artista o qué época. También qué obras son las más destacadas o sobresalientes de la colección. Si visitamos sistemáticamente todas las salas puede que cuando llegue nuestra favorita ya estemos cansados y empachados de arte. Esto hace que sólo 'asistamos' al museo y no apreciemos nada, perdiendo la ocasión de empaparnos de las historias y hechos brillantes de los artistas o del sentido de la obra.
Este será el momento en el que sólo vemos arte y no lo observamos con el suficiente detenimiento.

También sucede en las ciudades cargadas de Historia, en las tras haber visto 4 iglesias, con la número 5 ya no podemos y con la 6 ni nos planteamos entrar.
La planificación es esencial, pero muchas veces ya tenemos suficiente con haber comprado el vuelo y el hotel y no pensamos en qué veremos en el destino. Las guías en papel son una buena opción, las digitales el futuro (infinitamente más cómodas). Ya os contaremos alguna novedad respecto a esto...
La información de las oficinas de turismo también es muy buena y nos pueden orientar certeramente.
Las audioguías también os pueden ayudar en este aspecto, contienen lo esencial de la visita y además explican detalladamente lo que vemos.

Desde AudioViator lanzamos una pregunta a todo aquel que haya experimentado esto, ¿cómo crees tú que se puede evitar?